Melena cardada. Mallas. Baladas épicas. Virtuosos punteos. Todo lo que significó la explosión musical y estética del heavy metal durante los ochenta lo encarnaron en su piel los estadounidenses Cinderella. Este jueves, 9 de junio, recalan en Madrid como parte de una gira internacional, en lo que será una cita obligada para los nostálgicos de una época irrepetible. Al día siguiente estarán en la sala Razzmatazz de Barcelona, y el día 11 de junio, en la Rock Star Live de Bilbao.
Deudores de Bon Jovi
Formados en Philadelphia en 1983, Cinderella dieron sus primeros pasos en el mundo de la música gracias a Bon Jovi, quien los descubrió durante un concierto e intercedió para que ficharan por la discográfica Polygram. Dio en el clavo. El primer álbum de Cinderella, Night Songs, vendió tres millones de copias.
La banda no logró sobrevivir a la década de los noventa La carrera de Cinderella fue corta, pero intensa. Solo publicaron tres discos más, en los que mantuvieron su estela de éxito, aunque depuraron su estilo, que fue decantándose poco a poco por el hard rock de influencias blues y dejando de lado su lado más glam y heavy metal.
Llegados los noventa, la popularidad del grupo decayó, al tiempo que el género que practicaban quedaba relegado a un segundo plano.
Se separaron en 1995, aunque se volvieron a reunir para emprender giras como la que esta semana les trae a España, con sus cuatro miembros originales, para celebrar los 25 años de la edición de su debut.
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